sábado, 23 de agosto de 2014

14:27 - No comments
                                               La espantá de Zjeta




Los sevillanos tienen su madrugá y ahora la política española tiene su espantá. Una espantá a lo Curro Romero cuando el morlaco se gastaba cuernos del catorce. Esa es la que ha pegado el estimado Zetajeta, después de jugar; como niño en patio del colegio;  a “te la llevas”. Ahora me voy. Ahora vengo, que guapo soy, que gracia tengo. Los ciudadanos se lo han agradecido. También algunos allegados  políticos que no deseaban acompañarle en su caída cuando comprendieron que estaban ante una mojama (políticamente hablando), una momia azteca disecada y con la ceja en salazón. Los delfines, barones y demás señoríos permanecen al acecho del poder y con el colmillo afilado, destilando ponzoña (políticamente hablando) para eliminar los posibles obstáculos. Zcaspa se nos va y nos deja huérfanos de milongas y cantinelas de madrugada. Echaremos de menos su verbo hábil, su bonhomía desbordante, el triangulo equilátero de la ceja. ¿A que sol se arrimarán ahora el artisteo de La Zeja? Siempre nos quedará París, o lo que es lo mismo, siempre nos quedará la  Sinde, la Ministra de Cultura que intentó acabar  con la cultura en Internet. ¿Podrá vivir el ciudadano sin las soflamas encendidas de este hábil orador, creador de cantinelas varias, de letras de tango arrabalero que enmascaraban la realidad? Será difícil la supervivencia sin este sumo sacerdote capaz de transformar el  agua en vino y vendértelo como reserva a precio de oro. Nos sentimos huérfanos de Zcaspa. Tanto tiempo acompañando nuestras cuitas con sus promesas vacuas, oficiando la ceremonia del embuste cotidiano y la descalificación ajena, se había convertido en algo familiar. Es extraño que las masas encendidas no se lancen a la calle pidiéndole a su profeta que no se vaya, que las muchedumbres no hayan invadido la Cibeles, como si de una Copa del Mundo se tratase para solicitarle a este delantero que no siguiera colocando goles en propia portería. Zruina se nos va. Y lo hace por la puerta grande. Camino de una jubilación dorada, y llamando bellacos a  aquellos a los que les ha quitado sus derechos adquiridos para pagar el resultado de sus milongas. Hay que tener un Master en bellaquería o ser un inconsciente, o simplemente vislumbrar el futuro con mansión de lujo, sueldazo y chófer del que comenzará a disfrutar en breve. En tanto, aquéllos que ha masacrado, no volverán a recuperar poder adquisitivo en la vida. Luego llegarán las palmaditas en la espalda de alguna multinacional que le ofrezca una pasta por hacer de consejero (cierto es que puede aconsejar, como experto, sobre modos y maneras de arruinar un país) y el resto del mundo se habrá olvidado de Zlapa. Preocupados en llegar a fin de mes. Otros problemas inmediatos nos ocuparán y nos iremos olvidando del autor de nuestras congojas. Una jugada maestra. Quizás el único pecadillo de Zapatero haya consistido en ser un panoli (políticamente) que se ha creído a si mismo. O quizás se lo hayan hecho creer sus acólitos, ensimismados en ese culto a la personalidad (ya muerto y enterrado), que ha caracterizado el nefasto Zapaterismo. Si extrapolamos el caso ZP a una empresa privada, la historia será fácilmente comprensible para los que todavía dudan. Imaginemos una empresa que asciende a un alto cargo a uno de sus trabajadores, le da los medios y las posibilidades para fomentar la marcha de la misma. El fulano se dedica a la dolche vita y a dilapidar el dinero de la empresa. La hunde en la ruina absoluta y con sonrisa profidén sigue prometiendo y echando la culpa a otros. Como recompensa, la empresa le jubila con un sueldo obsceno y nivel de vida obtenido en base a su eficacia y efectividad en el cargo. Si señor. Con dos güevos. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.