15:18 -
No comments
EL CUENTO DE LA MONEDITA, O LA PARÁBOLA DEL CANON FASCISTON
El picoleto
de antaño, capa larga, mosquetón y bigotón
hirsuto, transitaba somnoliento después de hacer camino toda la noche, cuando percibe
un cante aflamencado que se acerca entre la neblina del amanecer. Agazapado y
en guardia, ve acercarse una borriquilla renqueante. Sobre el animal cabalga un
viejo conocido del guardia: Antonio el “Camborio”, que a la luz cetrina del
amanecer semeja un espectro aceitunado. El “Camborio”
reconoce a la silueta con tricornio y detiene el cante bruscamente.
-¡Ojú señó cevil, está usté en toas partes! -protesta
con desgana-.
-¡Ea,
camborio, ya sabes lo que hay -indica el aceituno
con aplomo profesional-.
-Que
no llevo n´a, señó picoleto-.
-Por si acaso. Saca primero la navaja...
- Su páaapa, que no llevo navaja l´e dicho.
El
interfecto desciende con desgana de la borriquita y extrae de los bolsillos sus pobres
pertenencias. Se atusa el guardia las puntas del bigote engominado, mientras
observa la escasez del material que el “Camborio” deposita. El resultado no parece agradarle demasiado.
-
¿Y la navaja? – pregunta enfurruñado-.
- Que ya l´e dicío que no llevo, señó picolo…
-Bueno,
pues te vienes conmigo pa´el cuartelillo –espeta-.
-Pero
¿Qué he hecho yo?, si no tengo ná –solloza-.
El
guardia observa con detenimiento los exiguos objetos que ha depositado sobre el
suelo. Cuando descubre brillando entre las miserias una pequeña moneda. Entonces
se le encienden los ojos como dos ascuas. Se agacha y observa detenidamente la
fortuna requisada.
-Vaya,
vaya. Así que estás juntando dinero para
la navaja. Al cuartelillo. Por si acaso….
De nada sirven las protestas del “Camborio” que camina compungido y
protestando sin comprender el afán preventivo del guardia.
Lo
mismo que el canon digital: Por si acaso…
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.