martes, 19 de agosto de 2014

15:18 - No comments
           EL CUENTO DE LA MONEDITA, O LA PARÁBOLA DEL CANON FASCISTON


El picoleto de antaño, capa larga, mosquetón y bigotón hirsuto, transitaba somnoliento después de hacer camino toda la noche, cuando percibe un cante aflamencado que se acerca entre la neblina del amanecer. Agazapado y en guardia, ve acercarse una borriquilla renqueante. Sobre el animal cabalga un viejo conocido del guardia: Antonio el “Camborio”, que a la luz cetrina del amanecer semeja un espectro aceitunado. El “Camborio” reconoce a la silueta con tricornio y detiene el cante bruscamente.

 -¡Ojú señó cevil, está usté en toas partes! -protesta con desgana-.
   
-¡Ea, camborio, ya sabes lo que hay -indica el aceituno con aplomo profesional-.

-Que no llevo n´a, señó picoleto-.
  
 -Por si acaso. Saca primero la navaja...

 - Su páaapa, que no llevo navaja l´e dicho.

El interfecto desciende con desgana de la borriquita y  extrae de los bolsillos sus pobres pertenencias. Se atusa el guardia las puntas del bigote engominado, mientras observa la escasez del material que el “Camborio” deposita. El resultado  no parece agradarle demasiado.

- ¿Y la navaja? – pregunta enfurruñado-.

 - Que ya l´e dicío que no llevo, señó  picolo…

-Bueno, pues te vienes conmigo pa´el cuartelillo –espeta-.

-Pero ¿Qué he hecho yo?, si no tengo ná –solloza-.

El guardia observa con detenimiento los exiguos objetos que ha depositado sobre el suelo. Cuando descubre brillando entre las miserias una pequeña moneda. Entonces se le encienden los ojos como dos ascuas. Se agacha y observa detenidamente la fortuna requisada.

-Vaya, vaya. Así que estás juntando dinero para la navaja. Al cuartelillo. Por si acaso….
 De nada sirven las protestas del “Camborio” que camina compungido y protestando sin comprender el afán preventivo del guardia.



Lo mismo que el canon digital: Por si acaso

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.